Cuando le decimos a alguien «tienes que poner los pies en el suelo«, lo que le estamos pidiendo a ese alguien, sin darnos cuenta, es que debe adaptarse a nuestro suelo minado de creencias limitadoras.
Si tu tienes un sueño, un proyecto, una ilusión y yo te digo: «por favor, pon los pies en el suelo«, lo que te estoy mostrando es que mis creencias limitadoras me impiden creer que tu sueño pueda hacerse realidad y te pido que tu lo percibas como yo y que renuncies; ¡NO ME HAGAS CASO! ¡Pisa tu propio suelo lleno de ilusión y de confianza!
Y si quieres hacerme caso, que sea en esto: ¡SIGUE TUS SUEÑOS! SI RENUNCIAS A ALGO, QUE NO SEA A TUS SUEÑOS, SINO A LAS CREENCIAS QUE TE IMPIDEN HACERLOS REALIDAD, QUE TE ALEJAN DE ELLOS (no merezco, es imposible, esas cosas no ocurren, la vida es dura, los milagros no existen, quien algo quiere algo le cuesta, hay que luchar mucho para obtener lo que quiero, yo no se, yo no puedo, o cualquier otra).
Las renuncias viven en los miedos y me aíslan.
CREER Y PERSEGUIR MIS SUEÑOS ME ACERCA AL SER LIBRE QUE YO SOY.