Es emocionante ver como se nos van desmontando, cada vez a mayor velocidad, las situaciones, las relaciones y las gestiones que hemos creado basadas en las dependencias, en los miedos… Todo aquello que ha sido construido desde la percepción de carencia de cualquier tipo.
Todo aquello que no se alimenta de autenticidad.
No siempre es fácil, a veces es doloroso desaferrar.
A menudo es la vida misma quien con mano firme y amorosa, como de madre, nos obliga a soltar o a transformar todo aquello que, a pesar de que nos es cómodo, nos mantiene silenciosamente en la ilusión de que somos pequeños, débiles y hasta transparentes.
A menudo es la vida misma quien nos hace apagar las luces para que abramos las ventanas, para que dejemos entrar al SOL, el gran padre que nos ilumina la certeza de lo que somos: Grandes, Poderosos y Abundantes.
Como se van fundiendo todas las bombillas de luz artificial para recordarnos que es la luz del sol la que realmente nos nutre. No siempre es fácil pero es emocionante.
Cómo se va desempolvando todo, cómo va aflorando la mentira, cómo se va llenando todo de VERDAD… Confío en que todo es apropiado y acepto soltar, pues sé con certeza que sólo desde esta luz puedo BRILLAR.
Acepto el reto, acepto la aventura y cuando desde la inercia empiezo a encogerme, recuerdo mi palabra mágica, la que me impulsa a sacudirme como un perrito y empiezo a
J U G A R !!!